sábado, 26 de marzo de 2011

Princesa de nadie.

Ver que lo has perdido todo, que el ultimo tren ya ha salido y no te ha esperado, que estás sola en medio del océano en tu minúsculo barco, que tu príncipe te ha dejado y se ha ido con la princesa del reino vecino, que tu media naranja ha conseguido encajar con otra naranja, que las segundas oportunidades te detestan, que la soledad se ha aburrido de tí. Ver que de todo lo que tenías no queda nada, que todo se ha esfumado en menos de un segundo para tí, pero en realidad ha sido el tiempo lo que ha hecho que te quedaras como estás ahora, el problema es que tú no te dabas cuenta de nada de lo que pasaba a tu alrededor, puesto que solo pensabas en una cosa, él. Si, él, él es el causante de todo esto, él, él y únicamente él. Él te ha cubierto con una venda los ojos, esa venda que le robó a tu maltrecho corazón. Él te ha dejado completamente ciega, añadiéndole a esto el vacio que ahora te rodea. Te ha impedido ver lo que tenias, la oportunidad de construir una nueva vida y olvidarle ha quedado echa añicos por su culpa. Podrías haber sido de nuevo princesa, o al menos dama de honor, pero no, parece ser que el destino quiere que nunca seas ninguna de las dos cosas, que sigas esperándole a el, sufriendo mientras ves que el también sufre por alguien que precisamente no eres tu. Llorando a escondidas, fingiendo ser fuerte, ahogando esos te quieros que tantas veces deseas gritarle. Parece que por el momento, lo único que puedes ser es princesa de nadie, princesa del vacio, princesa de todo lo que se resume en la palabra nada.

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