jueves, 29 de septiembre de 2011

Cuando todo va perfecto, cuando creo que nada puede ir mejor. De repente, aparece alguien que lo jode todo. Me enamoro, sólo puedo pensar en él, en su forma de vestir, en su olor, en su pelo, en sus ojos, su sonrisa, en la manera en que me mira, en la última conversación que he tenido con él. Un día me dice que siente algo por mí, nos besamos, nuestro primer beso, ese que nunca se olvida. Pasan las semanas, los meses, y cada vez le quiero más, pero él me quiere menos. Me dice que ya no es lo mismo, que necesita tiempo, pensar, que no tiene las cosas claras, que me quiere, que me va a querer. No puedo evitar llorar, no puedo pararlo. Él me levanta la cara, me seca las lágrimas, me dice que todo va a salir bien, que sea feliz, que confía en mí, que él sabe que voy a poder seguir. Pasa el tiempo, intento fijarme en otros chicos, puede que me guste alguien, y que le diga a mis amigas que me encanta. Pero siempre voy a tenerle a él dentro. Esperando que aclare sus dudas, que un día venga y me diga que es verdad que todo iba a salir bien, que me quiere, igual que el primer día. Besarnos, como ese primer beso, ese que nunca olvidaremos, ni él ni yo. Pero mientras tanto seguiré adelante, como él me pidió, como él dijo, porque le quiero, y no voy a decepcionarle.