martes, 25 de diciembre de 2012

Las cosas se han puesto muy difíciles para nosotros.

De algo estoy segura. 
No podrá quererle como le quería yo, no podrá adorarle de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara.
Es como si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. 
Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto. Y ella menos que ninguno. 
Ella, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderle, de respetarle. 


Ella no se divertirá con esos tiernos caprichos.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Siento que todavía me quedan cicatrices de la ostia que nos metimos, corrijo, de la ostia que YO me metí contra ti y tus “te quieros”. Yo tenía ganas de comerme el mundo contigo mientras tú tenías ganas de comerte a otra, aunque siempre me lo hayas negado y ahí es donde aparece la realidad, contra la que me estampé una vez más de tantas. 
Y así hemos acabado los dos, yo intentando olvidarme de ti y tú haciendo una larga lista de las tías con las que te has liado.