viernes, 27 de julio de 2012


¿Sabes qué? Quiero confesarte que muchas veces he llegado a plantearme eso de abandonar pero nunca, y cuando digo nunca, es nunca, me he decidido a hacerlo, simplemente porque soy una de esas personas que constantemente pone en una balanza las cosas buenas y malas y las sopesa. En este caso, en un lado de la balanza pongo las razones por las que debería seguir adelante y, en el otro lado, aquellas por las que no debería seguir adelante y abandonarlo todo. Y sinceramente, no sé si era por casualidad o simplemente porque era lo correcto, siempre tenía algún motivo por el que seguir luchando por ti, por verte todos los días, porque fuera yo el motivo de tu sonrisa, esa que sabes que tanto adoro, porque esos labios fueran míos, porque tus ojos me mirasen a mí y a ninguna otra, por comerme el mundo a tu lado… Aunque todo esto ya forma parte del pasado, porque ahora ya te tengo aquí conmigo y todo eso se cumple, y porque además, ya no necesito convencerme de que eres tú a quien quiero tener a mi lado, por encima de todo.